*Deja que le mire de mala forma y le conteste con peores formas aún. Seguía sin entender el muy estúpido que ahora trataba de contarle qué pasaba. ¿Tanto se había molestado? Pf, qué poco aguante*
Te dije que me escucharas imbécil. Ese niño ni siquiera me dejó decir gran cosa, sólo apareció con su estúpido sonrojo y me dejó todo eso en las manos. Echó a correr antes de que yo pudiera abrir la boca.