*Aún no suelta esas manos a pesar de que ya las puso sobre sus caderas, pero eso no le impide cruzar la mirada con el muchacho. ¿Más lubricante? No negaría que le vendría bien, cualquier ayuda que pudiera tener le vendría estupendamente en realidad*
¿Dónde quedó el sobre...?
*Pregunta sin dejar de mirarle a los ojos y sentándose sobre las piernas de Kanda, provocando que ambas erecciones se rocen una vez más. Quizás podría ser él mismo quien le aplicase el lubricante al mayor*