[Aunque sin duda sería algo digno de verse. El sólo imaginar al moyashi tocándose a sí mismo le provocaba un cosquilleo que creía haber aliviado ya. La verdad es que sentir que el niño le devuelve el abrazo de esa forma no puede sino provocarle más.
Además, puede sentirlo. Muy ligeramente, pero se da cuenta de cómo el otro intenta rozarse contra él, aún si era inconscientemente]
Puedo ayudarte si quieres.
[Susurra, acercando su rostro al oído del moyashi. Se arriesgaba a un golpe, pero valía la pena probar, aunque fuera para ver ese rostro aún más sonrojado]