[Casi pierde el equilibrio cuando siente que el otro le tira del uniforme, pensando fugazmente si debería de devolver el golpe que seguramente se avecinaba para no quedar tan ridículamente estúpido.
Pero lo que recibe no es un golpe. Al menos no uno físico. Sólo que era tan inesperado que no termina por entenderlo del todo, aún cuando le está gritando de esa manera]
¿Qué?
[¿De verdad había entendido lo que había querido decirle o estaba confundido? Porque ya le había demostrado muchas veces antes lo idiota que era para comprender lo que ocurría. No podía ser que ahora se diera cuenta y, aún más raro, que lo aceptara]