[Deja de moverse un poco, queriendo notar cualquier gesto que le dijera que debía de detenerse. Pero el otro parecía totalmente sumergido en lo que hacía, nervioso como siempre, aunque mucho más calmado de lo que hubiera creído.
Eso le da confianza para seguir, introduciendo repentinamente uno de sus dedos, sorprendiéndose de lo fácil que se desliza dentro a pesar de lo estrecho que se sentía. Incluso no puede evitar gruñir levemente, maldiciendo por lo bajo mientras se apoya en la cama con la mano que tiene libre]