[Se sobresalta al escuchar algo, aunque luego se tranquiliza un poco. Esa debía ser la voz del conejo. Era demasiado escandaloso, ¿cómo demonios se lograba esconder si no podía dejar de hacer ruido?
Resopló de nuevo, entrecerrando los ojos. Aunque de cierta forma estaba más emocionado de lo que quería aceptar, también estaba más tranquilo. Al menos tenía a Mugen a su lado]