*Se sorprende. Era la primera vez desde que conocía a aquel niño que lo veía tan asustado, asustado y desprotegido ante algo que le causaba pavor. El miedo no tenía piedad con nadie ¿verdad?
Se sienta en el suelo frente a él, con los truenos produciendo ese ruido ensordecedor de fondo y abraza al niño con fuerza cubriéndolo con su cuerpo. No sabía hasta que punto podía eso ayudarle en algo, pero lo protegería si tan asustado estaba.*