*Golpea la puerta cuando llega a ella. No podía creer que aún siguiera dormido cuando casi siempre era de los primeros en echarse abajo de la cama*
¡Kanda!
*Frunce el ceño cuando no obtiene respuesta. O estaba durmiendo profundamente o le estaba ignorando, cosa que no le gustaba en absoluto. Mete la mano en el bolsillo de su vestido y saca una pequeña llave con la que se dispone a abrir la puerta de la habitación. Kanda tendría que idear algo mejor que solo una puerta cerrada para detenerla*