Hey! [Se le eriza un poquito la piel con el tacto de la pluma. Pero sonríe.]
Así que he errado al subestimarte, padre. Por desgracia, lo mismo me aplica a mi.
Después de todo, de tal palo... [De un movimiento, gira para el lado en el que lo esquivaste con la intención de dar un golpe con el cojín.] tal astilla.