[Camina, rodeandote.] ¿Ah si? vaya... una actitud simplemente admirable. [Hace una reverencia.] Pero yo, Sir Mordred, simplemente no me puedo permitir perdonarte. Habrás superado todo lo que te has enfrentado pero creeme. No habrás de salir con vida de esto.
[Deja el libro en una mesa mientras camina. Busca, busca algo que le sirva de espada y no sea peligroso... ¡Cojin del mullido sillón! ¡Perfecto!]