[Una sombra surca la habitación, y la única respuesta que obtienes es un ruido que asemeja a un traqueteo, como madera crujiendo.
Una mata de cabello negro cubre el rostro a lo que pareciera ser una mujer demacrada con la piel blanca como la cera, y unos brazos raquíticos y huesudos se extienden, como si quisiera abrazarte. Gira apenas la cabeza para devolver una corta mirada a la chica, y luego vuelve a mirarte a ti y a la espada que llevas.
Extiende una mano, y con los flacos dedos te acaricia el cabello.]