Gyn (casualmentegyn) wrote in teatrodesombras, @ 2010-03-15 00:09:00 |
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Current mood: | numb |
Título: Unum necessarium
Fandom: Original.
Personajes/Pairing: Demián>>>>Lamar x Brian.
Comunidad: 56. Uno. Tabla experta. Menteoriginal.
Fragmento:
Unum necessarium
Lamar (así se llama esa niña que tanto te gusta, muy a pesar de Brian, el chico gordo) ha encontrado unos cachorros abandonados. Los ha traído al cuarto de juego, en una caja de galletas dulces, con las mejillas rojas. Primero pensaste que había horneado pan, como la última vez en que la viste aparecer de esa forma, y que planeaba repartirlo entre los huérfanos. Aquella ocasión te quedaste sin pieza, tímido como eres. Todos se agolparon en tropel a su alrededor para devorar un trozo blanco por dentro, castaño por fuera. Lamar, tan grande y puro su corazón, notó antes de irse con Brian (que arrastra los pies siempre y tiene un pantalón que descubre la mitad de sus nalgas pálidas y caídas) que te habías quedado sin probar los frutos de su labor toda la mañana. Entonces partió en dos el pedazo que le correspondía, te dio una palmada en la cabeza y corrió hacia su compañero, tarareando una canción que desconocías. Su novio te dirigió una mirada asesina, antes de pasar el brazo regordete y rojo como un salami de confitería por encima de sus hombros delgaduchos, que sobresalían por debajo de su camiseta negra.
Título: Elabitur
Fandom: Original.
Personajes/Pairing:Demián>>>Lamar.
Comunidad: 89. Crema. Tabla experta. Menteoriginal.
Fragmento: En el sueño, la mujer que te sonríe desde un trono que tiene kilómetros de alto, debe ser Lamar. No hay otra opción.
Elabitur
En el sueño, la mujer que te sonríe desde un trono que tiene kilómetros de alto, debe ser Lamar. No hay otra opción. Cuando empiezas a subir las escalinatas hasta él, con la ropa hecha girones por la pesadilla de trepar muros, sorteando ataques de enemigos invisibles como tus sombras, le miras la sonrisa. Es ella, sin lugar a dudas, porque no concibes una sonrisa semejante. Es mejor que la de Madre, porque está limpia de cualquier maldad.
Comienzas a preguntarte si eres digno de ella. Si es que cuando llegues a la cima, realmente podrá enamorarse de un ser insignificante como tú.
Fandom: Original.
Personajes/Pairing: Demián>>>>Noé, menciones de Lamar (muerta), Brian y otros.
Comunidad: 74. Llamada. Tabla experta. Menteoriginal.
Veto
Estás soñando de nuevo que corres por la playa de fuego, buscando el cuerpo de la mujer a la que le han cortado las tetas, presumiblemente con el mismo cuchillo que tú usaste para abrir la garganta de los perros de Lamar. En el sueño lloras sangre y te agarras el pecho, porque alguien acaba de asestarte una puñalada. Entonces te besan. O eso piensas. ¿Lo añoras? Abres los ojos. No es un beso, después de todo. Debes tener algo reprimido. Una mano se ha apoyado sobre tus labios. Una mano de nudillos callosos. Una mano que es enorme y fría y huesuda. Una mano que te hace temblar y está bañada en sudor y su color es el del azúcar quemado. Es la mano que fue alguna vez de un albañil joven que consiguió una beca por deportes y que ahora es Noé y ama sostener libros, cuando no está apretada y vendada, en tanto su dueño corre por la pista de entrenamiento. Noé. Lo sabes por la textura, por el calor que se esconde tras la capa de piel helada y que empuja el sudor que penetra tus labios. Sabe a sal y restos de frutas crudas, mezcla errónea. Desearías lamer sus dedos, clavarle la mirada, pero él tiene los ojos bajos. Su otra mano te aprieta el cuello. No tienes miedo, pero estás inquieto. Y la tienes dura y el corazón se agita en la caja torácica. Querrías repetir su nombre, pero él no te deja hablar. Está tomando aire y parece que piensa sus palabras o que junta coraje para hacerte algo terrible que tal vez disfrutarás más que él. O esa es tu esperanza. No quieres leer su mente por miedo a decepcionarte.
-Vienen por ti, finalmente.-No dice tu nombre, ni tu apellido. Parece odiarte o avergonzarse de tocarte. Tienes el corazón destrozado y le diriges una mirada cargada de odio. Esperas una explicación, aunque no la necesitas. Sabes de lo que está hablando.
-¿Quiénes son?-Preguntas cuando sus manos (¡Temblorosas, que se restriegan contra sus pantalones, como si acaso fueras una horrenda bestia!) te sueltan, para permitirte buscar tus calcetines, perdidos entre las frazadas y agarrar tus anteojos. Noé parece sonreír. El ídolo tallado en piedra oscura que es su rostro curva los labios que casi siempre se mantienen rígidos y severos, al menos.
-Los que te odiamos.-Susurró, finalmente y casi, sino fuera Noé, el chico más serio que ha caído en ese Instituto de mierda, probablemente se echaría a reír.
-¿Por qué?-Te abrochas el pantalón, intentando reprimir la excitación. Piensas en algo horrible. Como la mujer sin senos, flotando sobre el agua salada. Te dan ganas de vomitar, pero no has comido anoche.
-Lamar se murió. Brian los está sublevando.-Una mueca de obviedad recalcada se aparece en su boca y muerdes la ironía. Lo sabías. Pero es muy difícil leer a estas horas y más a Noé.-Todos creen que es tu culpa.-Agrega, para rematar. Y te das cuenta de que le tiembla el mentón y no te mira. No dista mucho de ellos, entonces.
Fandom: Original.
Personajes/Pairing: Demián, su terror a los matones (Brian y Noé incluídos).
Comunidad: 65. Gelatina. Tabla experta. Menteoriginal.
Virtvtis
Conoces el miedo de estar a solas en tu cuarto, a oscuras, aprendiendo a oír a las Sombras que se mueven frente a ti, cuchicheando entre ellas, haciendo bromas en su propio idioma (y luego, cuando lo aprendiste, supiste para mayor horror que pensaban en voz alta si sería provechoso devorarte por entero, lamerte hasta el desgaste de la locura o arrancarte un brazo en un descuido de tu Madre) y bailando, tornándose mil veces más grandes de lo que suelen ser cuando el Astro Rey está en el cielo. También los nervios de la previa a un examen en el estudio que te servía para ser alumno sin dejar los dominios de los tuyos, mordiendo lápices y tranquilizado solo por las palabras de los fantasmas que hubieran muerto suicidados en Colegios Internos que están a pocos kilómetros de distancia. Y la mezcla con la angustia, como cuando la mueca del cuerpo calcinado de tu Madre parecía disgustarse de tener que enfocarte, con el interior de sus cuencas cocinadas como un asado. También el odio: tu hermana mandándote a empacar sin decirte exactamente a dónde te está llevando. Pero siempre tú con la certeza de que nada puede aplacarte, una vez emprendido cierto camino.
Este miedo es diferente de todos los demás, porque tienes la impresión de que no sobrevivirás a su advertencia.