| En algún lugar de Long Island. |
[13 Feb 2013|08:44pm] |
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[El bosque está inquieto. No hay canto de pájaros e incluso pareciera que el viento se ha desplazado hacia otro lugar. Sin embargo, otros ruidos se han apoderado de la tarde, ruidos que probablemente nadie desearía oír: Rugidos, un montón de pisadas torpes y ruidosas que no auguran cosas agradables; de vez en cuando, entre los altos pinos, los troncos parecen ceder ante la invasión, cayendo estrepitosamente.
Una tropa considerable de monstruos se pierde entre los árboles. ¿Están persiguiendo algo? Así parece, pues de cuando en cuando se detienen brevemente para olfatear el aire y cambiar de dirección. Aunque da la impresión de que el/la perseguido/a está muy lejos para ser alcanzado/a, pues no hay señal alguna de su presencia a simple vista.
El mismo ruido que los monstruos hacen les impide notar las ágiles zancadas que apenas suenan en la tierra; la gorra de invisibilidad oculta a la dueña de las pisadas. Si pudieran verla, notarían la expresión de inquietud en su rostro, pues la cantidad de monstruos a su alrededor no es normal para un solo semidiós.
Echando una silenciosa maldición en griego, la muchacha sigue corriendo.]
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