[Parpadea un par de veces ante tu súbito desasosiego pero no tarda en sonreír gentilmente a modo de respuesta.] Descuide alteza, es de esperarse el tocar el tema en algún momento de la conversación, después de todo creo que lo que tenemos en común es que ambos deseamos lo mejor para nuestros reinos, y en verdad me siento agradecida de poder ser útil de algún modo. Así que no es algo que deba causarle pesadumbre.
[Sin pensarlo posa una mano sobre tu hombro en un fluido gesto que, aunque tuvo toda la intención de ser amable y delicado, puede que termine sacudiéndote un poco.] Ah y sobre lo segundo, naturalmente su línea de sucesión no podría quedarse sin un heredero, y por ello han viajado conmigo éste lugar varias damas de compañía que podrán cumplir con esa función.