[Lo nota, sí, y si bien se pone alerta, su expresión no demuestra miedo. Porque no lo siente, realmente-- no lo asustas. Aunque es bueno ver que sí eres peligroso.]
Y tú agradece que no lancé ese zapato con más fuerza, gato. [Pero saca un pañuelo de su bolsillo y te lo lanza para que te seques la cara, antes de moverse hacia la cama otra vez.]