[Bien, él no está buscándote, precisamente. Sólo resulta que necesita cruzar este bosque, aunque al parecer calculó mal cuánto tiempo iba a tomarle. Le frunce un poco el ceño al cielo oscureciéndose, y luego suspira cuando sus forjas vuelven a enredarse entre las ramas. Decide descender del caballo, entonces y continuar guiándolo a pie.]