[Habías detenido a un completo extraño solo porque tu nombre aparecía en su piel.] ... No, no me conoces, pero me conocerás. [Sonriente agregaste sin intimidarte por su aparentemente molesta mirada.] Después de todo... soy tu alma gemela. [No es que fueras romántico sino que era algo todo el mundo conocía el día de hoy: ¿tenías un nombre extraño en tu piel? Era la persona destinada para ti.]