[Pero, antes de que lo recibas, observa la mano que acercas y la marca que hay en tu muñeca, y el café cae inmediatamente de sus manos. Suerte que está el mesón que les separa porque el líquido se esparce sobre éste, solo salpicando unas cuantas gotas al suelo.
¿Puede ser? ¿Cómo no se dio cuenta antes, siendo tan evidente? Oh, ¿el reloj? Aún así, ¿puede tener esperanza? ¿Por eso era la extraña cercanía? Está demasiado en shock como para procesar lo del café.]