[Frunciste el ceño suavemente antes de responder con la misma frialdad con la que él insistía en rechazarte.] Al parecer no. [Comentaste sentándote a su lado con cierta brusquedad.] ¿Que acaso no quieres pilotear? ¿No quieres acabar con esos monstruos? [Tu mismo no sabías si eso era lo que deseabas pero, sin duda alguna, era lo que debías hacer.
Ese pensamiento te aterraba día y noche, porque hasta ahora todos tus intentos por encontrar a alguien con quién compartir un vínculo habían acabado en desgracias o rechazos psicológicos.]