[Oh god, sigues hablando así... Te golpearía si no fuera porque eres su cliente ahora. Cuando se acerca, deja una suave reverencia aún manteniendo las distancias mientras los demás poco a poco comienzan a retirarse.] Es lo mínimo que puedo entregarle, Karamatsu-san, si me permite llamarlo así. Después de todo, soy la mejor geisha que esta casa ha tenido. [Y no lo dice con un orgullo presumido, si no con uno que ha ganado gracias a años y años de esfuerzo y trabajo duro.]