[Ouch, ese fue un accidentado lanzamiento... pero no estuvo mal para ser de las primeras veces que lo intentas.
Tus palabras de agradecimiento logran sacarle una gustosa sonrisa, es el mejor pago que podría tener. A pesar de saber que compartiendo parte de sus conocimientos con alguien más joven y talentoso podría poner en peligro su propia posición en la casa, le agradas... y quizás desea egoístamente que tengas una vida lo suficientemente exitosa como para salir de ese antro.] No agradezcas Tsurumaru, estaré para ayudarte en lo que pueda. Es lo mínimo que puedo hacer por ti.
[Ríe y estira una mano hacia el abanico que sostienes, para bajarlo un poco de tu rostro con tal de poder hacer nuevamente contacto visual.]