No... me gusta el arruinarte la ropa. Que nadie más te pueda tomar con la misma apariencia... [Murmura entre caricias húmedas en tu cuello, lentas pero no por ello menos apasionadas, acompañadas por su lengua que deja un suave camino aunque siempre es tan afilada.
Sí, le gusta esa poca posesividad. La misma que hace que él mismo termine desechando la ropa con la cual te viene a ver, es como si con esos gestos dejara las apariencias gastadas fuera de su vida diaria.] De todas formas aún no terminas...t-tu...desafío...¿Te vas...a rendir...cuando falta tan poco?