[Es casi como si disfrutaras ser quien está en control de todos sus sentidos (y una parte de sí mismo se pregunta si realmente es ese el caso).
Arqueará la espalda sintiendo el pronto hormigueo por sus músculos y morderá hasta hacer sangrar el pulgar en su boca, lamiendo la sangre en un intento de acallar los gemidos que más llenan el cuarto, en un intento de desconcentrarte de tus labores que tan perfectamente llevas a cabo. Sí, le excita todo esto, le excita más de lo que puede permitirse.]