[Se detiene con el primer paso que escucha, un estruendo de campanas cayendo al piso. ¿Un hombre? Tiene al menos diez amenazas dispuestas en la punta de la lengua, listas para salir - hasta que ve el color extraño de sus ojos, las cicatrices.]
... Este lugar está prohibido para los tuyos. Regresa por donde viniste.