[Toma el teléfono y lo mira un poco, tratando de recordar su número...no es que tenga muchos amigos, o lo de...ummm. Comenzará a teclearlo despacito para no cagarlas.] ¿De verdad? Eso apesta. No te pueden obligar a que te guste yo, aunque ya te gustan los hombres. ¿No?