[El encargado pasa justo frente a dónde se escondieron, la luz de su linterna se cuela por debajo de la puerta hasta que se aleja un poco, pero aún da la impresión que permanece cerca.] [En una de esas se remueve en su lugar de la inquietud y termina pegándote un poco sin querer.] Ah, uh, l-lo siento.