[...Cuando percibe el olor y recuerda de golpe el pastel.] ¡Mierda, el horno! [te empuja lejos de sí y se levanta a la velocidad de la luz, tropezándose en el proceso y dándose casi de cara contra el piso.
Aunque no tiene tiempo para quejarse porque se levanta nuevamente para correr a salvar el pastel]