[Ah, las noches otoñales del
pueblo de Greendale. Niebla, hojas crujientes cubriendo las calles, las luces de neón de las tiendas y el cine, el silencio de la secundaria, aroma a manzana madura en el aire, los misteriosos crujidos y susurros viniendo del bosque, el aullar de los perros. Los perros, que no dejan de aullar...
Ah, las noches otoñales del pueblo de Greendale, y la tormenta inminente en el viento y las nubes del cielo oscurecido.
Pero... ¿qué es esto? ¿No
conoces Greendale? ¿De pronto apareciste en esta calle, fuera de esta tienda, dentro de esta casa cuando caminabas por el
otro pueblo para regresar a la tuya, cuando cerrabas tu propio negocio, cuando te sentabas en el sillón de tu sala a tomarte una taza de té? ¿Nunca habías estado aquí antes? Pues bien, entonces es un excelente momento para que explores y descubras las bondades, maravillas y misterios de Greendale, donde siempre se siente como Halloween.
¡Te dejará embrujado!... Y, tal vez, no de la manera divertida.
Es posible que mientras recorres sus calles silenciosas y vacías sientas una ráfaga de viento frío que te hará estremecerte, y este presentimiento de que no estás solo, sino más bien mal acompañado. Comprobarás lo horriblemente correcto de ese presentimiento cuando al doblar una esquina te encuentres cara a cara con una
escalofriante anciana, que no es otra que uno de los espíritus de las Trece Brujas que aterrorizan Greendale esta noche, y que te entregará un mensaje igual de espeluznante:
Hemos regresado para traer la muerte al pueblo de Greendale. Nuestra ira convocará al Vengador Carmesí, y esta noche, a la hora de las brujas, Él cabalgará. ¡El Ángel Rojo de la Muerte! Y en su camino, todo primogénito, mortal o brujo, perecerá.Sí, pareciera ser que las brujas se han tomado el pueblo el día de hoy. Pero, ¿qué esperaban? Es la Noche de Walpurgis, después de todo-- la noche en que las brujas salen a hacer de las suyas.
Pero, no desesperen. Como dicta el conocimiento popular, para aquellos bien informados, hay formas de protegerse de las brujas, así que sólo es cosa de conseguir los materiales necesarios, proteger las puertas con hierbas, tener sal a mano y encender un buen fuego, y refugiarse dentro de alguno de los edificios (todos vacíos) del pueblo. Claro que esto no será tan sencillo: por un lado el pueblo es desconocido, por otro una tormenta está desatándose, y por otro más, los espíritus vengativos de las Trece Brujas rondan el pueblo. Por suerte, pareciera ser que no están interesadas en asesinar por mano propia, y un encuentro directo con ellas no será mortal, pero le provocará al desafortunado un terror irracional que no lo dejará pensar claramente y lo tendrá inutilizado por varios minutos.
¿Por qué querrían matar a nadie, de todas formas? Si, tal y como prometieron, a medianoche en punto se escuchará el sonido de un caballo entrando al pueblo al galope, trayendo consigo al
Jinete Rojo y su niebla carmesí, que asesinará a todo primogénito que encuentre a su paso. Y, contra el Jinete y su Muerte, no sirven ni hogueras, ni hierbas, ni trabas en las puertas.
Tal vez pareciera que todo está perdido, pero puede que haya algo en lo que no hayan pensado. ¿Qué mejor manera de combatir brujas que con... otras brujas? Si tan sólo conocieran a una bruja o mago que pudiera ayudarlos... Bueno, si lo conocen, será mejor que lo encuentren y permanezcan a su lado, porque tal vez sus hechizos podrían salvarlos de las brujas, e incluso del Vengador Carmesí. Y si una sola bruja puede protegerlos, imaginen qué podrían hacer
varias brujas y brujos juntos... Sólo una idea.
Parece que tendrán una larga noche por delante. Al menos consuélense de que, si logran sobrevivir a las brujas y al Jinete, con la luz del amanecer todos ellos desaparecerán y regresarán al Infierno del que provienen.
Ah, las noches otoñales del pueblo de Greendale. Largas, oscuras y
llenas de terrores...]
((¡Evento de la Noche de Walpurgis! Toda la información pueden encontrarla por aquí; el post estará dividido en dos momentos para que puedan ir a hacer maldades en dos versiones diferentes. ¡Yujuu!))