El mar
[Aquellos que se acerquen a la playa notarán que el mar está extrañamente... quieto. Casi como si fuera un lago. De hecho, el agua sabe dulce. Y, encima de todo eso, una suave nevada cae sobre el agua y la orilla, haciendo que todo luzca de un blanco surreal.
Más allá, la luz del Faro se enciende y se apaga de manera intermitente y sin sentido. Quienes suban a averiguar lo que sucede, notarán que el escritorio que suele haber arriba tiene todos sus papeles irremediablemente manchados de tinta, y el tintero está allí, dado vueltas en el suelo.]