Vi como la maleta llegaba hasta un chico que casi se tropieza con ella, intenté no reirme porque la verdad es que hubiera estado cómico que eso pasara.
La verdad, no esperaba que nadie cogiera la mochila, o si, pero no tan pronto, y a parte de hacerme un favor había algo en él que hacía que me cayera... bien.
El chico era el típico flaquito, guapito pero con cara graciosa. No moví ni un músculo hasta que me habló. Tragué saliva un momento y sacudí el cigarro para que no acumulara mucha ceniza en él, para depués darle una calada y mirar la mochila.
- En realidad hay una bomba, quería ver si funcionaba, así que si quieres ayudar a la causa ponte con ella un poco más alejado.- comenté, subiendo la vista hacía el y guiñándole el ojo. - Boom- susurré mirándole con una sonrisa.