Nada más responderme volví a mirar la hoja seriamente. Esto si que era potra, hacía menos de media hora que me habían dado la hoja y ya había encontrado a uno de los que compartiría la habitación conmigo.
Alcé una ceja y volví a mirarle, la verdad es que este al menos no iba a darme ningún problema, simplemente con abrir la boca el chico ya estaba temblando así que no me molestaría ni tocaría los cojones.
- Me llamo tu nuevo compañero de habitación.- comenté alzando ambas cejas.- pero puedes llamarme Dylan.