Retrocedí un poco como acto reflejo cuando hizo el gesto amenazante y luego dejé escapar una risita, sacudiendo la cabeza. Era cierto que aún no habíamos completado siquiera un trimestre, pero nuestro tutor, Sebastian, sí que parecía realmente enrollado. Tanto en su manera de dar clase como en la de dirigirse a nosotros y en poner notas, aunque precisamente en su asignatura yo no destacaba más que los demás.
— Dudo que a mí pueda clavármela más, porque su asignatura es Educación Física y no es que a mí se me dé muy bien que digamos. — Comenté poniendo cara de circunstancias y desvié la vista hacia el lugar adonde miraba Siria, fijándome en que se trataba de algunos alumnos de tercer curso. Aquello hizo que inmediatamente apartara la mirada de ellos; la mayoría me sacaba dos cabezas tanto de alto como de ancho y prefería evitar cualquier contacto con cualquiera de esos chicos. Me aclaré la garganta y volví a mirar a Siria. — ¿Puedo preguntarte por qué no has venido en estos dos meses?