[El día amanece gris, frío y callado. Muy callado: ni siquiera los pájaros de mal agüero lanzan su peculiar grito de alerta.
El día de ayer, los civiles y no combatientes fueron desalojados de los alrededores y llevados a la montaña de la Diosa, donde también varias defensas ya se formaron.
Y, por el frente de la mansión, esperan las tropas preparadas para el combate. No hay, en sí, un mismo escudo que lleven. Hay pasados, mundos, personalidades distintas que sin embargo, todas están ahí, listos para atacar y defender al lugar que (por ahora y quizá desde algún tiempo) llaman hogar.
Y de repente... canto. Es un canto suave y dulce, acariciante, como un riachuelo sonando cuándo mueres de sed. Es un canto que les dice 'deja tu espada, deja tus armas y ven conmigo, ven, ven'. Algunos quizá lo hagan. Algunos otros en lugar de eso noten a las sirenas que brincan por el lago mar.
Entonces, mientras tratan de detener a quienes cayeron en ese embrujo... un temblor sacude el medio de la nada, y luego ¡una explosión! Girarán, sorprendidos, viendo como el volcán explotó y una figura diabólica extiende sus alas mientras el fuego corre por el costado del volcán, espíritus, fantasmas y demonios yendo hacia el combate.
El frente se divide en dos, preparándose para esto.
Pero, no sería suficiente. ¿No creen?
Por el lado del cementerio, se abre un hoyo de Nada de donde suena un terrible rugido de voces monstruosas pidiendo por venganza. Y de ese hoyo gigantesco salen cuatro figuras gigantescas, terriblemente fuertes que destruyen todo a su paso.
Tres divisiones para los que combaten. Tres lugares donde estar, donde son necesarios y darse cuenta que cualquier poder de teletransportación que pudieran tener... no funciona el día de hoy.
Entre el canto, la explosión y los rugidos de las criaturas, en el cielo, se forma una leyenda en el cielo]
( ¡Felices 16, Percy Jackson! )[Con amor de Maléfica, Hades y Eris ♥]