Obviamente al rey no le gustó esto, así que mandó a que buscaran una respuesta. Pronto, se descubrió que para que la princesa volviera a ser hermosa, un príncipe tenía que darle una nuez especial.
Sin embargo, la cáscara de la nuez era muy, muy dura así que ningún príncipe podía romperla. Y cuándo un príncipe no podía, el rey le cortaba la cabeza.