[Era un príncipe bien amado por todos y el príncipe amaba de vuelta a todos aquellos que habitaban su reino, y había jurado que los protegería. Su caballero, siempre leal, había jurado que él protegería al príncipe para que el príncipe pudiera proteger a los demás.
Pero entonces apareció un cuervo que devoraba los corazones de otras personas, y por eso había crecido, tanto como la noche, más terrible que una tormenta. 'Denme sus corazones' decía, y los corazones débiles lo escuchaban, pues la voz del cuervo les prometía todo lo que ellos podían querer.]