que es con tu piel con quien sueña de noche y que enloquece con cada botón que te desabrochas pensando en su manos. Él no te ha visto temblar, esperando una palabra, algún gesto un abrazo. Él no te ve como yo suspirando, con los ojitos abiertos de par en par, escucharme nombrarle. !Ay, amigo mío! lo sé y él también.