[Vuelve a gemir, sonriendo, antes de que te aparte un momento, sólo lo suficiente para poder girar sus posiciones y que ahora sea ella quien esté con la espalda contra la pared.
En cuánto te tiene cerca otra vez, abraza tu cintura con sus piernas, volviendo a acariciarte la espalda, apenas presionando un poco con las uñas]