Es lo que usualmente tenemos que preparar en casa luego de un ataque de mortifagos o de otra batalla. Papá y mamá generalmente no llegan en uno o dos días, pero mis tíos y otros conocidos llegan a asegurarse que estamos bien. Rara vez pueden quedarse más que unos minutos, pero al menos toman café y comen un par de galletas antes de seguir trabajando.