Como lo veo, y esto no quiere decir que te metas prisa en el cuerpo, va a dar bastante igual si nos casamos aquí o no. Verás, querida, al parecer el tiempo funciona de forma rara acá. Por lo tanto, si no me equivoco, ¡cuando consigamos el camino a casa ni nos vamos a acordar de que estuvimos acá! Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Vegas.