[zapea al emo kid en la cabeza] ¡No, zopenco! Me refiero a la peluca. Deja te lo pongo claro. Imagina un día de calor. Entre la capuchita y la peluquita te empieza a sudar la cabeza. Tarde o temprano te empieza a oler a sudado el cuero cabelludo. No se puede sacrificar la higiene así, porque te va a repudiar la gente por las razones contrarias. Tú lo que quieres es que te recuerden como el muchacho misterioso y tétrico, no como el fenómeno de la capa que apesta.
Cinco palabras para ti: Tinte - ¡Porque tú lo vales!