¿En serio? No me extraña que le haya ido bien, teniendo en cuenta que usted parece ser una mujer muy laboriosa. Pero no, nunca estuve en un lugar llamado Londres. ¿Qué tal es?
[Mira el pie y trata de disimular su falta de deseo por comerlo] Uh... quizá más tarde, ahora estoy lleno.