[estaba escuchando la conversa] Pues si yo estuviese condenado a atender una tienda de ésas o atascado en una lámpara, yo sí que acabaría jodiéndoles los deseos adrede. Ya bastante tendría con un trabajo tan aburrido para que un necio venga todo alegre a pedirme que gane la lotería o se eche una novia.