Pero una apuesta para ver si me emborracho o no... en las dos suena a que termino perdiendo. Si no me emborracho implica que tengo que estar mucho más atento de lo que consideraba en lo que tomo y como hoy día. Y si sí me emborracho, mañana volveré a pasar una larga mañana de preguntarme qué tan apegado estoy a mi cabeza. No le veo lo interesante.