[Frunce el ceño. No le gusta la dirección que está tomando la conversación.
No quiere decir que tu promesa es absurda, no quiere hacerte sentir peor.] Siempre habrá algo que me lastime, a veces serás tú y en otras ocasiones será alguien más. [Siente la garganta reseca.] ¿Y qué si estás roto? Sabes bien que yo también lo estoy, de otra manera quizá, pero igual es roto.