Desde mi juventud, se me ha enseñado a no juzgar a una persona por su apariencia, y si bien hoy en día tengo certeza de que, bajo observaciones precisas, uno ciertamente puede hacerlo y estar en lo correcto, prefiero evitarlo.
Sin embargo, en el caso de tener que apostar por una persona que fuera capaz de vencer en combate a mano limpia contra un corpulento monstruo del bosque, confieso que tú no serías mi primera opción, no, lo lamento. [Cosa que dice justamente basado en algunas observaciones.]