[Te habla mientras avanza un poco, mirando alrededor y captando la mayor cantidad de detalles posibles. ¿Para qué son todas esas canastas?]
Estadísticamente hablando, siempre puede serlo. Y desde un punto de vista supersticioso, decir algo como eso en voz alta es tentar al destino. Dado que por un lado es simplemente afirmar lo obvio y por el otro convocar al desastre, decir algo como eso no tiene ninguna utilidad. [Se detiene. Y te mira, sonriendo apenas cuando se corrige:]
Salvo reconfortarnos a nosotros mismos, claro está.