[Suspira pesado. Ni siquiera puede culparte por estar así.]
[...] Discutimos sobre qué ropa ponerle a Gaby. Volteaste la mesa cuando hablamos por primera vez, porque insulté a tu madre. Casi vomito tus zapatos cuando me rescataste de aquel Nazi. Estoy enseñándote a cocinar. Te regalé el reloj que llevas siempre, porque no tienes el verdadero aquí. La primera vez que te besé fue para poder salir de tu cama, y me golpeaste. La primera vez que tú lo hiciste fue cuando estábamos atrapados en la ventisca. Te da celos el Capitán. Te gusta verme sin afeitar. Sabes qué era mi padre.