Idiota. No son las heridas-- Es el saber por qué están ahí. Esa vez intentaste esconderlo... Pero te conozco, Rayflo. [Su voz suena ahogada intentando contener el dolor que siente y la ira por quien te hizo esto, la angustia de que nunca le dijeras. Al menos ha logrado limpiarte. Se inclina sobre ti para besar cada rincón donde ese bastardo te tocó.] Quiero protegerte-- Por favor, esta vez... Bebe de mi.