[Oh dios, por que eres así. Entrelaza sus dedos con los tuyos y aprieta esa mano de vuelta, solo pudiendo separarse un poco para ver tu rostro, apoyando su frente sobre la tuya.] Moriría por ti, cuantas veces fuera necesario. Renunciaría a mi maldición, o me maldeciría de nuevo. Renunciaría a mi Dios si es por ti...
[Gracias Minea, sabe que debe proceder a ayudar con esas heridas y vendar las propias cuya sangre se asoma por sobre sus prendas blancas, pero por ese momento solo quiere permanecer junto a ti.]