[...] Orihime era una princesa que tejía hermosas telas a la orilla del río Amanogawa. A su padre Tentei le encantaban sus telas y ella se esforzaba y trabajaba meses en ellas. Debido a esto, Orihime se preocupaba y entristecía porque nunca conocería el amor. Tentei entonces arregló un encuentro entre ella y Hikoboshi, un pastor que vivía al otro lado del río. Ambos se enamoraron y casaron. Y también descuidaron sus tareas.
Tentei separó a los amantes en un arrebato de ira y les prohibió encontrarse, separándolos por el río. Orihime le lloró a su padre y este les permitió verse el séptimo día del séptimo mes, pero no había puente alguno. Las lágrimas de Orihime llamaron la atención de una bandada de urracas y estas formaron un puente con sus alas para que ella y Hikoboshi se encontraran. Y las urracas lo harían siempre y cuando no lloviera.
Se supone que Orihime y Hikoboshi están representados por estrellas, pero no son visibles ahora mismo.